-Todas las personas tienen un precio.
+¿Ah si? ¿Y tú por cuanto te vendes?
-Pues yo me vendo por unas cuantas sonrisas de esas de lado, de las que
enamoran, cuatro besos de los que te dejan sin aliento y un para
siempre.
+ Mmm... yo te puedo pagar la sonrisas los domingos cuando despiertes en
mi cama, más guapa todavía que si te hubieras arreglado. Los besos los
lunes para que se te hagan menos odiosos, los martes para que sigas
acordándote de mí, los miércoles, jueves y todos los días, hasta que se
me gastes, mi amor. Respecto al para siempre, no te lo puedo prometer
ahora, pero lo podemos ir negociando durante el resto de nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario